Recuerdos de espuma de mar I
“Quiero
quitarme este dolor, ¿Dónde venderán esas pastillas?”
Recuerdo
vagamente ese día (después de todo, aquello fue hace años, cuando yo era aún
más joven) solo recuerdo lo más bonito, tal vez porque mi cerebro decidió
descartar lo poco agradable, o lo aburrido.
Recuerdo
con exactitud su cabello, brillaba con el sol, traía una boina, pero aun así el
viento lograba despeinar sus largos cabellos que caían por fuera de la boina.
Sus ojos, ¡MADRE MÍA! No recuerdo haber visto unos ojos más brillantes,
profundos y verdes, en ese momento pensé: “Alguien con los ojos tan verdes no
puede mentir”
Recuerdo
también sus manos, delgadas, un poco nerviosas, inquietas, con olor a humo en
la punta de los dedos, los cuales acompañaban sus palabras con movimientos
inquietos.
¡¿Y
COMO OLVIDAR SU VOZ?! Tenía cierta paz que acompañaba cada palabra, su risa, su
respiración, todo parecía pre-meditado...
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